todo neumáticos

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lo que debe saber sobre los neumaticos

Por desgracia, no todos los conductores dan la importancia que merecen a los neumáticos. Se trata de un gravísimo error en términos de seguridad cotidiana, y además más pronto que tarde obligan a su sustitución si no se mantienen de forma adecuada.

Pero, ¿por qué son tan importantes y por qué hay que cambiarlos llegado el momento? El comparador de talleres de confianza Tallerator.es facilita algunas claves al respecto.

Anticiparse
Hasta que no se tiene algún susto con el coche (pérdida de control en una curva o de adherencia con el pavimento mojado), el usuario no suele mostrar preocupación por los neumáticos ni atender a su estado. También sucede que, aún siendo conscientes de su deterioro, por dificultades económicas o por dejadez hasta que no ocurren percances similares no se toma la decisión sustituirlos. Pero lo que ha de primar es la seguridad, lanuestra, la de nuestros acompañantes y la del resto de conductores.

Por ello, mejor ser precavidos y anticiparse a problemas así, valorando cambiar los neumáticos cuando llegaue el momento y adelantándonos a situaciones de inseguridad. Las cubiertas cuentan con testigos de profundidad. Legalmente, ésta no puede bajar de 1,6 mm en el dibujo de la banda de rodadura, una marca que indica que ha llegado el momento de su relevo.

Aparte de este motivo, hay otras circunstancias que motivan su cambio. Como ejemplos para tomar nota:

- Un mayor desgaste lateral apreciable en la banda de rodadura, provocado por una desalineación de la geometría del chasis del vehículo, sobre todo del eje delantero, aunque también se puede dar en el trasero.

- Una frenada en la que se bloquean las ruedas, delanteras o traseras. Esto puede provocar, un «plano» en la banda de rodadura, pues el neumático se desliza por el pavimento sin girar. Como resultado, temblores en el giro de las ruedas y un mal agarre al asfalto.

- Un mal estado continuado de los amortiguadores o de algún rodamiento de rueda, que puede provocar una deformación de la banda de rodadura en la goma, desgastando los tacos del dibujo de forma desigual y en tramos concretos de la banda de rodadura, provocando de nuevo temblores y falta de agarre.

Es importante conocer la fecha de fabricación del neumático: viene reflejada en los laterales tras la palabra DOT, y consta de 4 números en relieve insertos en un pequeño ovalo. Los 2 primeros indican la semana de producción y los 2 siguientes el año. Las 4 cifras indican en qué fecha se ha fabricado. Según pasan los años, la goma se endurece y agrieta, perdiendo capacidad de agarre y flexibilidad. Por ello, los fabricantes recomiendan sustituir los neumáticos a los 5 ó 6 años desde su instalación.

En ocasiones, los golpes que reciben los neumáticos producen cortes en el flanco interno o externo que pueden ser más o menos profundos, y que con el tiempo pueden provocar reventones. Los golpes producen roturas internas en las capas textiles que conforman la cubierta, ocasionando «hernias» por su incapacidad de resistir la presión interior del aire y las fuerzas derivadas del peso del vehículo y la propia circulación, lo que también puede terminar en reventones.

Atentos a una presión inadecuada mantenida en el tiempo, tanto por exceso como por defecto. Ocasionará una pronta necesidad de sustituir uno o más neumáticos, que a buen seguro exhibirán desgastes irregulares. Por no hablar de que el agarre y la estabilidad de, vehículo, que se deteriorará, perdiendo seguridad activa. La presión debe de ser la recomendada por el fabricante del coche. El dato viene reflejado en diferentes partes de la goma o en el perfil o marco de una puerta del automóvil. También suele figurar en el interior de la tapa del depósito de combustible y, casi seguro, en el libro de instrucciones. La presión debe modificarse según las condiciones de rodadura: no es lo mismo viajar solos que a plena carga, o si conducimos a más o menos velocidad y si se realiza por un tiempo prolongado en trayectos largos.

Las contrariedades descritas se amplifican con el mal estado del asfalto y con las inclemencias del tiempo. Ojo a estos aspectos.

De un eje a otro
Al realizar el cambio hay que respetar la medida del neumático o su medida equivalente, según una tabla al respecto. También la circunferencia. Atentos al código de carga y velocidad. Dos neumáticos diferentes por medida por marca no pueden instalarse en un mismo eje del vehículo, pues no aseguran idéntico agarre; además, no pasarían la ITV.

Sabiendo esto se puede realizar el cambio de 2 ó 4 neumáticos, pues según el vehículo y el uso las gomas se gastan de forma diferente. En coches con tracción delantera son los neumáticos anteriores los que antes desgastan y los que primero habrá que cambiar.

Si aún presentan buenas condiciones los traseros, podemos intercambiar su posición o permutarlos, dejando los recién montados detrás e instalando los antiguos traseros en el eje frontal hasta el final de su vida útil.

No obstante, los fabricantes aconsejan que con diferencias entre neumáticos gastados y en buen estado, los mejores se coloquen siempre detrás. La razón: garantizar mayor seguridad en caso de pérdida de adherencia al ser más problemático por carecer de un medio de control como la dirección para poder corregir la citada pérdida de agarre.

En vehículos con tracción trasera, son los neumáticos de ese eje los que sufren mayor desgaste, pero suele ser menos acusado pues los delanteros siguen soportado mayor deriva en curva, la dirección, el peso del motor (en la mayoría de casos) y el grueso de la frenada por la transferencia de masas.

En modelos de tracción total, el desgaste suele ser más equilibrado, pero no siempre ocurre esto. Por ello, y como habitualmente, debemos prestar atención a su estado para asegurarnos de qué cubiertas van mejor o peor.

Para alargar la vida útil de los neumáticos, sobre todo en vehículos de tracción delantera, es conveniente realizar un cambio de posición de los delanteros por los traseros, la citada «permutación», que haremos cuando observemos que el desgaste de los de un eje se encuentra a la mitad de uso que los del otro. Así, conseguiremos que las 4 cubiertas tengan la misma duración en kilómetros, teniendo que cambiarlas todas a la vez. Si realizamos esta operación podemos detectar, al principio y durante algunos primeros kilómetros, una leve sensación de inestabilidad sobre la dirección, pues los neumáticos colocados ahora delante, por estar antes atrás, necesitan un periodo de adaptación a sus nuevos ubicación, ángulos y geometrías.

Trabajos de montaje
Por lo que afecta a la sustitución, debe realizarse con todas las garantías de calidad, pues hablamos de un elemento muy importante para la seguridad, lo que evitará males mayores.

Al sustituirlos por neumáticos nuevos, estos tienen que ir montados en su posición correcta: algunos tienen la dirección de montaje reflejada en unas flechas laterales, otros la muestran en el flanco interior o exterior con indicaciones «inside» u «outside».

En otro orden de cosas, los hay específicos por construcción, resistente a los pinchazos, como los denominados «run flat». Y de igual modo, para vehículos concretos y con indicativo de invierno. Sea como fuere, todos requieren una instalación profesional con maquinaria específica y trabajos adicionales:

Equilibrado de ruedas: destinado a igualar el desequilibrio de peso del conjunto llanta-neumático. Si no se realiza, ocasiona un temblor en la dirección o en el vehículo a cierta velocidad por la fuerza de giro. Se soluciona averiguando, con la máquina de equilibrar del taller, en qué zona de la rueda hay más peso. Se equilibra con contrapesos de diferentes gramajes (suelen ser de plomo), según el caso, fijados a la llanta.

La alineación o revisión de la geometría o paralelo del vehículo: se debe realizar siempre para corregir o prevenir una mala posición geométrica de los ángulos de la rueda, que derivaría a un mal desgaste de éstas y que siempre se producirá más por una zona (interna o externa) de la banda en las cubiertas delanteras y traseras

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